Portugal entró, finalmente, con el pie derecho en el mundial de futbol. Desde 2006 la selección de las «quinas» no alcanzaba los tres puntos en la jornada inaugural de un torneo internacional.
Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. Portugal tuvo trabajar duro y solo con mucho esfuerzo y paciencia consiguió dar la vuelta al marcador.
Ese, por supuesto, fue el trabajo de Cristiano Ronaldo. El capitán portugués se enfrentó al portero ghanés y, de la marca de los 11 metros, volvió a batir récords: el de jugador más joven y más viejo a marcar un gol por la selección nacional en Mundiales y el de marcar gol por cinco Mundiales consecutivos (solo la jugadora Marta, figura mítica del fútbol brasileño, lo había conseguido).
Sin embargo, la próxima prueba del equipo de Fernando Santos no será fácil. Van a enfrentar a Uruguay, el verdugo portugués en el Mundial de 2018 y que cuenta con varias figuras de relieve en el fútbol mundial.
Con Luis Suárez, Edinson Cavani y Diego Godín asumiendo las huestes por su experiencia, la selección sudamericana cuenta con buenos argumentos para disputar un gran partido de fútbol frente a la selección «valiente e inmortal».
Además, no debemos olvidar a Darwin Nuñéz, Fede Valverde y Rodrigo Betancour, jóvenes estrellas en ascenso que hacen «estragos» por donde pasan.
Pero no todo es tan sencillo para el lado uruguayo. Portugal tiene a Cristiano Ronaldo, que demostró querer quedarse un mes en Qatar, hay que recordar a los más olvidados que Portugal sigue teniendo en el ataque: João Félix y Rafael Leão (que ya se han estrenado en este mundial).
Además, el genio creativo de Bernardo Silva podrá ser fundamental en un juego que deberá jugarse más a media cancha y, en un buen momento, podrá contar con la ayuda de Rúben Neves para desentrañar un juego más complicado.
Este podría ser fundamental en un partido contra el oponente teóricamente más difícil del grupo.
Godín fue el jugador que más hizo rodar la bola en el último partido de Uruguay, jugando en un bloque más alto, cerca del mediocampo, y podrá estar aquí el secreto del éxito de Portugal, apostando entonces en los pases más verticales para llegar a buen puerto. Esto se debe a que una buena parte del juego portugués contra Ghana fue realizado por las alas, aprovechando la velocidad de Rafael Guerreiro, teniendo aquí una oportunidad para poner más fuerza en el ataque.
Si Portugal logra la victoria, sella de inmediato el paso a los octavos de final de la competición. Uruguay, por su parte, siempre tendrá que esperar hasta el último partido, aunque gane el equipo de las «quinas».
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